Luz de Lunitari
Dragonlance Rol :: Balifor :: Flotsam
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Luz de Lunitari
Me revolví entre las sábanas, sudorosa, jadeando, sin encontrar una postura cómoda que me permitiera relajarme y descansar. Mis ojos se movían de un lado a otro bajo mis párpados fuertemente cerrados, viendo criaturas horribles, o seres queridos en situaciones que me causaban aún más pavor. Mi subconsciente sabía que estaba soñando y quería que despertara, pero aquellas horrendas pesadillas, recuerdos de mi Prueba, eran tan reales, tan vívidas... Podía sentir el viento en la cara, sentimientos, frío, calor, y dolor... grité estruendosamente, horrorizada, mientras me incorporaba sobre la cama en un violento respingo, despertándome, por fin.
Pestañeé mirando a mi alrededor, acostumbrando mi visión a la oscura habitación. Todo estaba igual, mi Túnica Roja y mis posesiones encima de la mesa, el Bastón apoyado en la pared, el mismo incómodo jergón, las mismas ásperas sábanas y la misma pequeña ventana, por la cual se adivinaba que estaba a punto de anochecer.
Poco más tarde, ya vestida y aseada, bajé a aquella posada en la que me había alojado por aquella noche. A veces lo hacía, pasar noches en posadas de ciudades, especialmente cuando estaba cansada tras realizar algún hechizo, como era el caso del día anterior. Unos salteadores habían intentado robarme, y me había visto obligada a dormir a uno y matar a otro cuando intentó agredirme. Aquello me había agotado, y me alojé en aquel lugar, pese a haber oído de su (mala) reputación, donde, debido a mi cansancio, había dormido casi un día entero.
En el salón me senté en una de las mesas, esperando a que me atendiese algún encargado y tomar algo de cenar. Noté cómo algunos que alli habia me miraban disimuladamente. "Es una hechicera", decian sus ojos. Un muchacho, de unos 13 años, vino a atenderme. Senti por su expresion que uno; no le hacia gracia e incluso le daba algo de miedo, y dos: mi cara no debia de ser muy buena y demostraba mi cansancio y la mala noche que habia pasado.
-¿Qué desea?-me preguntó, solicito, pese a todo. Al menos no es una Tunica Negra, adivine que pensaba.
-Pan, queso y vino. -no tenia el estomago para mucho mas, y menos carne o cerveza.
El muchacho asintio y al poco rato me trajo lo que habia pedido. La gente del lugar me seguia observando con curiosidad, miedo, amenaza.... De vez en cuando dirigia a alguien que posaba sus ojos en mi demasiado tiempo con fijeza, una mirada desafiante, hasta que al final desistia y seguia a lo suyo. No me sentia insegura, confiaba en mi misma y mis habilidades, pero aquella posada era una de las peores del lugar, incluso tratandose de Balifor. La mayoria eran humanos piratas, mercenarios, ladrones... y cosas peores. Hice caso omiso y segui a lo mío. A lo mejor pasaba esta nueva noche en la posada, y al día siguiente me marcharía.
Pestañeé mirando a mi alrededor, acostumbrando mi visión a la oscura habitación. Todo estaba igual, mi Túnica Roja y mis posesiones encima de la mesa, el Bastón apoyado en la pared, el mismo incómodo jergón, las mismas ásperas sábanas y la misma pequeña ventana, por la cual se adivinaba que estaba a punto de anochecer.
Poco más tarde, ya vestida y aseada, bajé a aquella posada en la que me había alojado por aquella noche. A veces lo hacía, pasar noches en posadas de ciudades, especialmente cuando estaba cansada tras realizar algún hechizo, como era el caso del día anterior. Unos salteadores habían intentado robarme, y me había visto obligada a dormir a uno y matar a otro cuando intentó agredirme. Aquello me había agotado, y me alojé en aquel lugar, pese a haber oído de su (mala) reputación, donde, debido a mi cansancio, había dormido casi un día entero.
En el salón me senté en una de las mesas, esperando a que me atendiese algún encargado y tomar algo de cenar. Noté cómo algunos que alli habia me miraban disimuladamente. "Es una hechicera", decian sus ojos. Un muchacho, de unos 13 años, vino a atenderme. Senti por su expresion que uno; no le hacia gracia e incluso le daba algo de miedo, y dos: mi cara no debia de ser muy buena y demostraba mi cansancio y la mala noche que habia pasado.
-¿Qué desea?-me preguntó, solicito, pese a todo. Al menos no es una Tunica Negra, adivine que pensaba.
-Pan, queso y vino. -no tenia el estomago para mucho mas, y menos carne o cerveza.
El muchacho asintio y al poco rato me trajo lo que habia pedido. La gente del lugar me seguia observando con curiosidad, miedo, amenaza.... De vez en cuando dirigia a alguien que posaba sus ojos en mi demasiado tiempo con fijeza, una mirada desafiante, hasta que al final desistia y seguia a lo suyo. No me sentia insegura, confiaba en mi misma y mis habilidades, pero aquella posada era una de las peores del lugar, incluso tratandose de Balifor. La mayoria eran humanos piratas, mercenarios, ladrones... y cosas peores. Hice caso omiso y segui a lo mío. A lo mejor pasaba esta nueva noche en la posada, y al día siguiente me marcharía.
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