Sayen Fester

Nombre completo: Sayen Fester

Edad: 22

Raza o grupo: Hechicera Túnica Roja (humana)

Orientación sexual: Heterosexual

Descripción física:

Es una hermosa mujer de larga melena oscura, entre rizada y ondulada, que suele llevar recogida en la parte superior para evitar que la moleste o la impida ver con comodidad. De piel clara, su cuerpo pálido contrasta con su melena oscura y sus ojos del mismo color, grandes, profundos, penetrantes y expresivos, enmarcados por oscuras también pestañas. Es alta y estilizada, de cuerpo bien moldeado, aunque a ella no le preocupa demasiado el físico. De hecho, no lleva ningún adorno o joya. Viste una Túnica Roja amplia con una gran capucha que oculta su rostro cuando la echa sobre su cabeza. Sus ropas generalmente suelen estar manchadas o gastadas por sus viajes a lo largo y ancho de Krynn. Su rostro generalmente es serio, aunque no es difícil conseguir sacarla una sonrisa.

Descripción psicológica:

Sayen es una persona complicada. Por una parte, siempre ha sido una chica agradable e inteligente, a la que le gustaba reír, cantar, y charlar con el resto de personas. Una muchacha divertida y sociable. Siempre estaba ahí, fuera lo que fuese lo que necesitaras, intentando ayudarte con los mayores esfuerzos posibles. Se hacía querer, y muchos la amaban. También era culta, a diferencia de su padrastro, y la gustaba leer, escribir, y en general aprender. No sólo a trabajar la tierra, a cuidar de los animales, a diferenciar las plantas, o a manejar la espada, las únicas cosas que Maver podía enseñarla. Siempre había querido a Maver, se había comportado como un verdadero padre con ella, la había cuidado y tratado bien, pero, por mucho que se odiase por ello, no podía evitar sentir vergüenza por él. A sus inteligentes ojos, y a los de muchas personas más, Maver era un paleto, aunque buena persona. Y cuando un hechicero llegó a las ferias de Haven con sus trucos y maravillas, Sayen tuvo muy claro cuál era su vocación.
Ahora, el sufrir la Prueba ha hecho que se vuelva más seria y triste en ocasiones, pero no es difícil arrancarla de esa melancolía para que vuelva a ser la Sayen de antes. Le encanta el sarcasmo y la ironía, y a pesar de todo tiene un fuerte carácter. No soporta los radicalismos ni las injusticias, y si se enfada, lo mejor será no estar muy cerca. Puede que una bola de fuego estalle en tu cara.

Historia:

-¡Suerte!-oí que se decían unos aprendices a otros, cuando les llegaba su turno. La mayoría eran mayores que yo. Taconeé el suelo con impaciencia, por lo visto, a mí me tocaba la última en realizar la Prueba. Miré al resto de aprendices que quedaban, esperando, como yo, en aquella oscura sala de la Torre de Wayreth. Yo no había venido con nadie, a diferencia de algunos de ellos, a cuyos familiares no se les había permitido acceder al mágico edificio. Tampoco tenía amigos entre el resto de elegidos para superar la Prueba, la mayoría eran elfos o humanos del norte y yo no había estudiado con ellos en sus escuelas, no los conocía. Estaba sola, impaciente, nerviosa y callada. No asustada, pero sí preocupada. Dos de los aprendices que se habían realizado la Prueba horas antes que yo, no habían regresado. Ni jamás lo harían.

Pasaron las horas, el resto de aspirantes de mago fueron llamados, hasta quedar sola en la habitación. Y entonces apareció un hechicero, su rostro oculto en su capucha, y me indicó que me había llegado la hora. Le seguí hasta otra habitación, nada fuera de lo normal.

Y mi Prueba comenzó. Invitado, jamás le he contado a nadie, ni probablemente lo haga nunca, lo que vi y pasé en aquella Prueba, pero no fue en absoluto agradable. Sobreviví de milagro, seguramente debido a mi aplicación e intensivo estudio; y aun así cada noche aquello vivido vuelve a mi mente en las más horrendas pesadillas. Generalmente, no duermo más de seis horas al día, ya que enseguida me despierto sudorosa y entre gritos de terror.

Al terminar la Prueba, o más bien días después de realizarla, ya que permanecí inconsciente al menos una semana, pedí la Túnica Roja y me dieron un Bastón de mago y un libro de hechizos, aceptándome oficialmente entre el resto de Túnicas Rojas. Me ofrecieron la posibilidad de quedarme en la Torre y ampliar mis estudios y conocimientos, pero aquel lugar alentaba mis pesadillas, así que rehusé.

No volví a casa, aquel sitio no era mi hogar, sino que me dediqué a nomadear de un lugar a otro, conociendo a más hechiceros, o ayudando a aquellos que lo necesitaban realmente. Yo nací en Haven. Mi madre había quedado embarazada de un mal tipo del Norte, de donde ella provenía, así que antes de que él supiera que iba a tener descencia huyó hasta Abanasinia. Allí conoció a un hombre mejor para ella, una buena persona, aunque sin demasiadas luces. Cuando nací yo, ella murió, en el alumbramiento. La única persona que he tenido en mi vida fue un tipo que ni siquiera era mi padre y no demasiado inteligente. Se llamaba Maver, y era un ganadero de Haven. Pretendía que siguiera su misma vida, que lo ayudara en la granja… pero a mí me apasionaba un mundo totalmente distinto. Yo era inteligente, culta, ansiosa por aprender y ser respetada. Quería ser alguien, y esperaba mucho de la vida. Mi “padre” no aceptó que yo quisiera ser una hechicera, así que durante un tiempo estudié a escondidas suyo. Como muchos humanos, él temía y desconfiaba de la magia, y cuando vio que lo mío no era un simple capricho, cuando vio que había sido llamada para realizar la Prueba… bueno, podría decirse que renegó de mí.

Otros datos:

Su bastón la ayuda a la hora de realizar hechizos, si bien no tiene fuente para proyectar luz. Es por eso que posee una pequeña piedra redonda y traslúcida, con la que emite luz cuando la oscuridad es reinante.
Es una buena persona, pero tras la Prueba se ha vuelto desconfiada y más cautelosa que antes; a diferencia de lo que hacía en el pasado, ahora piensa dos veces antes de actuar.
Le gusta viajar para poder conocer y aprender cosas nuevas y gente nueva; aunque le desagradan las personas incultas a las que lo único que les importa es el dinero o el alcohol.
Los hechizos que prefiere usar con mayor frecuencia son sencillos aunque efectivos, los que cansan menos, pero es buena en lo suyo, y si la situación lo requiere, tiene algunos cuantos hechizos poderosos preparados. Lleva conigo un libro lleno de conjuros, para volver a memorizar los que olvida al realizarlos.

Armas: Los hechiceros no llevan armas, únicamente su magia y su bastón.

Alineación: Neutral

Imagen del personaje:



Imagina las ropas en rojo xD

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