Prueba de Hechiceria
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Prueba de Hechiceria
Esa mañana el sol entraba por las hojas de los árboles del Bosque de Wayreth, llevaba ya tres días caminando detras del elemental, ¿tan lejos estaba? pensaba cada dos por tres. Intenté hablar con el elemental de viento, pero no conseguia que articulara ninguna palabra, asi que me dedicaba solamente a intercambiar palabras con Linniana que revoloteaba sobre mi como siempre, feliz y contenta. Ibamos hacercandonos cuando vi una torre inmensa, grandísima, mucho más grande que las casas en Qualinost, estaba maravillado. El elemental entró en la puerta y de pronto desapareció como por arte de magia. Linniana estaba un poco asustada, estabamos los dos en medio de una plaza donde no había ni un alma alrededor nuestra, de improviso sonó una voz cavernosa al fondo de unos pilares y apareció un hombre alto, con una túnica blanca
- Buenos días, gnomo, ¿cual es tu nombre?- dijo el hombre- no, espera no me lo...
demasiado tarde
- Holasoygnohodarandellfelidosfretilopasadedosjaguarchifladodelafamiliadeloscaballolocopinpiolo
-Espera, espera, dime solo el nombre corto porfavor -dijo el hombre, al parecer anciano por su gran barba blanca, mientras sonreia
- Bueno, me conocen como Arandell- dijo angustiado por la interrupción- ¿quien es usted?
- Yo soy tu supervisor, no quiero decir mi nombre. Cuando lo digo, los aspirantes empiezan a esforzarse el doble y acaban muy mal. Intentan impresionarme.
Linniana comenzó a revolotear entre los dos, llamando la atención
-Oh! casi me olvido, esta es mi amiga Linniana, un hada de Qualinost.- La presenté- No suele hablar mucho con extraños, pero es una gran amiga
La pequeña se posó en la palma de la mano del anciano e hizo una reverencia.
-Bien, mi pequeño amigo, estaras cansado asi que esta noche dormiras y cenaras y mañana en el consejo comenzara tu prueba.
Esa noche, cené bien y Linniana y yo tuvimos una conversación acerca de mi prueba y lo nerviosos que estábamos. Casi no pude dormir, pero gracias a la nana que me cantó mi pequeña pude dormirme. Juraria que llendo hacia la habitación vi una tuerca por el suelo, no pude cogerla.
A la mañana siguiente me desperté y tomamos un desayuno ligerito (para un gnomo), y fuimos llevados hacia la sala del consejo. De allí emergía una luz brillante que cegaba muchísimo, "vaya, que clase de fuego habran usado", pensé intentando mirar en la luz brillante. De pronto la luz se fue amainando y estabamos rodeados de hombres o mujeres, o personas que nos miraban sentados en una especie de anfiteatro de un color blanco marfil, habian diferentes túnicas, unos de color negro como el ébano, otros rojos como el rubi, y otros blanco como tiza. En el centro del anfiteatro había un trono donde estaba sentado un hombre, el anciano que miraba sonriendo a Arandell.
- Pequeño amigo, bienvenido a la prueba de la Torre de la Alta Hechicería de Wayreth, en esta prueba tu destino estara en tí y en nadie más. Depende como actúes que hagas, o como utilices tus recursos, serás un mago de las tres disciplinas. El bien, la neutralidad o el mal. Eso es tu camino. Las tres lunas. Solinari, Lunitari y Nuitari. Asi que, gnomo, cierra los ojos y preparate para la prueba.
Cerré los ojos, y de pronto me sentí elevado en el aire, y más tarde, en segundos solamente caí al suelo como una pluma. Estaba en la Torre, o eso creía, pero no había nadie. La sala del consejo estaba desierta. Salí de la habitación. "Espera, ¿donde esta Linniana?", pensé, había desaparecido. Decidí ir a buscarla. Pasé por pasillos interminables, parecía que caminaba en círculos. De pronto encontré un papel que decía: " Para avanzar, solo el cangrejo podrá"
- ¿Qué es esto? Solo el cangrejo podrá. Mmm, un momento, creo que ya lo tengo, si camino de lado hacia una dirección podré avanzar de este sitio.
Comencé a caminar de esa forma y llegué al patio donde me encontré al anciano. De pronto escuché la risa de un niño cerca de una de las columnas, y me acercé. Era un niño pequeño que lloraba.
- Pequeño, ¿estás bien?- Le pregunté
El niño levantó la cabeza y descubrí que era yo, de un grito salté hacia atras.
- No he podido avanzar, no conseguiré honor para mi familia, soy un fracasado. Quiero morir. Mátame, mátame porfavor, no quiero vivir, MÁTAME!!!- comenzó a gritar mi otro yo, acercándose a mi con una daga forjada por mil demonios del abismo
-Por el abismo- Exclamé e intenté esquivar los ataques que impactaba sobre mí aquel yo. "¿Debo matarlo? No, sería como matarme a mi mismo, ¿qué puedo hacer?,de momento intentare neutralizarlo, quizás si hablo con él", intenté derribarlo con mi bastón e incluso usé magai pero no hubo manera de hacer tambalear aquel yo-fracasado que me acechaba.
Asi que comencé a hablar atropelladamente
- A ver, yo mismo, escucha, no eres un fracasado has llegado a ser una gran persona en tu interior, asi que no te preocupes, puedes seguir adelante, dedícate a otras cosas. Cásate, ten hijos y crialos con el amor de un padre, enseñales mágia también, si tu no lo consigues ellos lo haran tarde o temprano. No puedes querer morir, la Misión en la Vida es importante, pero tambien lo es vivir tu vida, ser tu mismo y disfrutar de la vida, viaja haz lo que te apetezca. Sé tu mismo y disfruta.
De pronto, mi yo-fracasado se paró y me miró sonriendo, -gracias- musitó y desapareció con una luz apagada y tenue. De pronto un gran temblor sacudió el lugar y me tambaleaba observé que se acercaba a mi una gran bola de fuego, y salté para esquivarla, "¿de donde viene?" pensé y miré hacia arriba, a lo más alto de la torre, allí había una sombra que me observaba como riéndose. Corrí hacia adentro, esquivando y destruyendo elementales, y pequeños monstruos invocados por aquella sombra, corrí y corrí, debía cumplir mi sueño, ser mago, mi Mision en la Vida; debía completarla para poder vivir como yo quisiera, como era lo que quería hacer. Corrí y corrí entre el viento y la luz. Llegué a lo más alto de al torre, allí una pequeña sombra de observaba.
- Bienvenido al combate final. ¿Estas preparado?- Dijo con una voz sombría
-Nací preparado- Musité lleno de confianza
-Perfecto entonces, Shirak!- gritó iluminando un bastón que me dejó cegado durante un instante, lo sucifiente como para que él me golpeara y me hiciera caer de la torre hacía una cornisa que sobrealía, tenía el pie mal, y me dolia el brazo izquierdo. La sombra saltó hacia mí y yo le lancé una bola de fuego que el repudió con un simple golpe de bastón. Bajó a al cornisa y estuvimos peleando golpe cuerpo a cuerpo con los bastones "no todo es la magía hijo, de vez en cuando tendrás que usar el golpe cuerpo a cuerpo para defenderte, eres un gnomo y la agilidad es tu habilidad más famosa", las palabras de mi padre resonaban en mi cabeza una y otra vez, conseguí tambalear a la sombra e impacté una bola de fuego en su pecho y la sombra cayó, al vacío. De pronto, salté detras de él y en el aire repetí los versículos para un hechizo que aprendí en Qualinost, una pequeña manta de plumas apareció debajo de nosotos y caímos sanos y salvos. La sombra se dirigió a mi y me dió un abrazo, y habló con una voz muy conocida:
- Gracias hijo, has superado la prueba. Estoy orgulloso de ti.
Y desapareció entre mis manos, de pronto comencé a llorar. Un enorme sueño comenzó a dormirme.
Desperté en la Sala del Consejo, allí solo estaba el anciano que me miraba sonriendo
- Bien, bien pequeño amigo. Haz superado la prueba y mejor que muchos magos más altos que tú, estoy orgulloso de tí, aquí tienes a tu amiga hada- dijo con una voz que resonaba en la sala, Linniana se acercó a mi y sobrevoló mi cuerpo feliz y contenta.- Has superado la prueba y has demostrado que tienes un corazón puro y lleno de luz. Te nombramos Mago de Túnica Blanca. Que Solinari te acompañe pequeño gnomo, aquí tienes una pequeña toga (echa especialmente para ti).
Corrí a abrazar al anciano, de quien no sabía su nombre y no quería saberlo. Ya no importaba, de pronto un dolor pasó por el brazo izquierdo y la pierna también le dolía.
- Si, pequeño gnomo. El brazo izquierdo lo tendrás un poco inulitizado, y la pierna derecha se curara dentro de unos días. El brazo izquierdo es la seña de haber pasado la prueba. Adios pequeño, amigo nos vemos.
Y de pronto aparecí en una colina, donde podía ver la Torre de Wayreth por última vez, -es mucho más hermosa a la distancia-, musité en voz baja, Linniana revoloteba en mí en señal de asentimiento. Comencé a andar, dispuesto a vivir mi vida. A vivir una aventura. A ser yo mismo.
- Buenos días, gnomo, ¿cual es tu nombre?- dijo el hombre- no, espera no me lo...
demasiado tarde
- Holasoygnohodarandellfelidosfretilopasadedosjaguarchifladodelafamiliadeloscaballolocopinpiolo
-Espera, espera, dime solo el nombre corto porfavor -dijo el hombre, al parecer anciano por su gran barba blanca, mientras sonreia
- Bueno, me conocen como Arandell- dijo angustiado por la interrupción- ¿quien es usted?
- Yo soy tu supervisor, no quiero decir mi nombre. Cuando lo digo, los aspirantes empiezan a esforzarse el doble y acaban muy mal. Intentan impresionarme.
Linniana comenzó a revolotear entre los dos, llamando la atención
-Oh! casi me olvido, esta es mi amiga Linniana, un hada de Qualinost.- La presenté- No suele hablar mucho con extraños, pero es una gran amiga
La pequeña se posó en la palma de la mano del anciano e hizo una reverencia.
-Bien, mi pequeño amigo, estaras cansado asi que esta noche dormiras y cenaras y mañana en el consejo comenzara tu prueba.
Esa noche, cené bien y Linniana y yo tuvimos una conversación acerca de mi prueba y lo nerviosos que estábamos. Casi no pude dormir, pero gracias a la nana que me cantó mi pequeña pude dormirme. Juraria que llendo hacia la habitación vi una tuerca por el suelo, no pude cogerla.
A la mañana siguiente me desperté y tomamos un desayuno ligerito (para un gnomo), y fuimos llevados hacia la sala del consejo. De allí emergía una luz brillante que cegaba muchísimo, "vaya, que clase de fuego habran usado", pensé intentando mirar en la luz brillante. De pronto la luz se fue amainando y estabamos rodeados de hombres o mujeres, o personas que nos miraban sentados en una especie de anfiteatro de un color blanco marfil, habian diferentes túnicas, unos de color negro como el ébano, otros rojos como el rubi, y otros blanco como tiza. En el centro del anfiteatro había un trono donde estaba sentado un hombre, el anciano que miraba sonriendo a Arandell.
- Pequeño amigo, bienvenido a la prueba de la Torre de la Alta Hechicería de Wayreth, en esta prueba tu destino estara en tí y en nadie más. Depende como actúes que hagas, o como utilices tus recursos, serás un mago de las tres disciplinas. El bien, la neutralidad o el mal. Eso es tu camino. Las tres lunas. Solinari, Lunitari y Nuitari. Asi que, gnomo, cierra los ojos y preparate para la prueba.
Cerré los ojos, y de pronto me sentí elevado en el aire, y más tarde, en segundos solamente caí al suelo como una pluma. Estaba en la Torre, o eso creía, pero no había nadie. La sala del consejo estaba desierta. Salí de la habitación. "Espera, ¿donde esta Linniana?", pensé, había desaparecido. Decidí ir a buscarla. Pasé por pasillos interminables, parecía que caminaba en círculos. De pronto encontré un papel que decía: " Para avanzar, solo el cangrejo podrá"
- ¿Qué es esto? Solo el cangrejo podrá. Mmm, un momento, creo que ya lo tengo, si camino de lado hacia una dirección podré avanzar de este sitio.
Comencé a caminar de esa forma y llegué al patio donde me encontré al anciano. De pronto escuché la risa de un niño cerca de una de las columnas, y me acercé. Era un niño pequeño que lloraba.
- Pequeño, ¿estás bien?- Le pregunté
El niño levantó la cabeza y descubrí que era yo, de un grito salté hacia atras.
- No he podido avanzar, no conseguiré honor para mi familia, soy un fracasado. Quiero morir. Mátame, mátame porfavor, no quiero vivir, MÁTAME!!!- comenzó a gritar mi otro yo, acercándose a mi con una daga forjada por mil demonios del abismo
-Por el abismo- Exclamé e intenté esquivar los ataques que impactaba sobre mí aquel yo. "¿Debo matarlo? No, sería como matarme a mi mismo, ¿qué puedo hacer?,de momento intentare neutralizarlo, quizás si hablo con él", intenté derribarlo con mi bastón e incluso usé magai pero no hubo manera de hacer tambalear aquel yo-fracasado que me acechaba.
Asi que comencé a hablar atropelladamente
- A ver, yo mismo, escucha, no eres un fracasado has llegado a ser una gran persona en tu interior, asi que no te preocupes, puedes seguir adelante, dedícate a otras cosas. Cásate, ten hijos y crialos con el amor de un padre, enseñales mágia también, si tu no lo consigues ellos lo haran tarde o temprano. No puedes querer morir, la Misión en la Vida es importante, pero tambien lo es vivir tu vida, ser tu mismo y disfrutar de la vida, viaja haz lo que te apetezca. Sé tu mismo y disfruta.
De pronto, mi yo-fracasado se paró y me miró sonriendo, -gracias- musitó y desapareció con una luz apagada y tenue. De pronto un gran temblor sacudió el lugar y me tambaleaba observé que se acercaba a mi una gran bola de fuego, y salté para esquivarla, "¿de donde viene?" pensé y miré hacia arriba, a lo más alto de la torre, allí había una sombra que me observaba como riéndose. Corrí hacia adentro, esquivando y destruyendo elementales, y pequeños monstruos invocados por aquella sombra, corrí y corrí, debía cumplir mi sueño, ser mago, mi Mision en la Vida; debía completarla para poder vivir como yo quisiera, como era lo que quería hacer. Corrí y corrí entre el viento y la luz. Llegué a lo más alto de al torre, allí una pequeña sombra de observaba.
- Bienvenido al combate final. ¿Estas preparado?- Dijo con una voz sombría
-Nací preparado- Musité lleno de confianza
-Perfecto entonces, Shirak!- gritó iluminando un bastón que me dejó cegado durante un instante, lo sucifiente como para que él me golpeara y me hiciera caer de la torre hacía una cornisa que sobrealía, tenía el pie mal, y me dolia el brazo izquierdo. La sombra saltó hacia mí y yo le lancé una bola de fuego que el repudió con un simple golpe de bastón. Bajó a al cornisa y estuvimos peleando golpe cuerpo a cuerpo con los bastones "no todo es la magía hijo, de vez en cuando tendrás que usar el golpe cuerpo a cuerpo para defenderte, eres un gnomo y la agilidad es tu habilidad más famosa", las palabras de mi padre resonaban en mi cabeza una y otra vez, conseguí tambalear a la sombra e impacté una bola de fuego en su pecho y la sombra cayó, al vacío. De pronto, salté detras de él y en el aire repetí los versículos para un hechizo que aprendí en Qualinost, una pequeña manta de plumas apareció debajo de nosotos y caímos sanos y salvos. La sombra se dirigió a mi y me dió un abrazo, y habló con una voz muy conocida:
- Gracias hijo, has superado la prueba. Estoy orgulloso de ti.
Y desapareció entre mis manos, de pronto comencé a llorar. Un enorme sueño comenzó a dormirme.
Desperté en la Sala del Consejo, allí solo estaba el anciano que me miraba sonriendo
- Bien, bien pequeño amigo. Haz superado la prueba y mejor que muchos magos más altos que tú, estoy orgulloso de tí, aquí tienes a tu amiga hada- dijo con una voz que resonaba en la sala, Linniana se acercó a mi y sobrevoló mi cuerpo feliz y contenta.- Has superado la prueba y has demostrado que tienes un corazón puro y lleno de luz. Te nombramos Mago de Túnica Blanca. Que Solinari te acompañe pequeño gnomo, aquí tienes una pequeña toga (echa especialmente para ti).
Corrí a abrazar al anciano, de quien no sabía su nombre y no quería saberlo. Ya no importaba, de pronto un dolor pasó por el brazo izquierdo y la pierna también le dolía.
- Si, pequeño gnomo. El brazo izquierdo lo tendrás un poco inulitizado, y la pierna derecha se curara dentro de unos días. El brazo izquierdo es la seña de haber pasado la prueba. Adios pequeño, amigo nos vemos.
Y de pronto aparecí en una colina, donde podía ver la Torre de Wayreth por última vez, -es mucho más hermosa a la distancia-, musité en voz baja, Linniana revoloteba en mí en señal de asentimiento. Comencé a andar, dispuesto a vivir mi vida. A vivir una aventura. A ser yo mismo.
Arandell- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 31/08/2010
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