Ficha de Aris
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Ficha de Aris
Nombre: Ariswynneth Mëitheelen Thälasia, más conocida como Aris Hoja de Plata
Edad: Alrededor de unos 20 años, más o menos
Raza: Semielfa
Orientación sexual: Heterosexual
Descripción física (mínimo 4 líneas):
Es una semielfa de aspecto sano, fuerte y atractivo. Su piel es broncínea, suave y tersa, donde destacan dos grandes ojos azules y profundos como el mar. Suele tener los carnosos labios estirados en una ligera sonrisa orgullosa. Lleva los oscuros y ondulados cabellos apartados de la cara y sueltos, cubriéndole la espalda. Tiene las extremidades fuertes y, a la par, de apariencia delicada.
Suele llevar camisas grandes y gastadas, favorables para las largas expediciones que suele hacer y lo bastante toscas como para no preocuparse por su rotura, acompañadas por unos pantalones ligeros de colores terrosos ceñidos a la cintura por un ancho cinturón y remetidas en unas botas bajas, resistentes y cómodas. Sobre sus hombros cae una capa liviana con capucha que la protege de las inclemencias climáticas.
Descripción psicológica (mínimo 4 líneas):
Tiene un carácter fuerte y decidido y un gran sentido del humor. Es de risa fácil y, en cuanto tiene ocasión, desencaja su boca para soltar algún tipo de chanza y, aunque no lo parezca, es una joven bastante madura y, si hay que ponerse seria, no duda en hacerlo. Es amable y simpática y suele caer bien a cualquier persona con quien se cruce, tanto por su encantadora sonrisa como por sus graciosos comentarios. Puede adaptarse a cualquier cambio, por muy brusco que éste sea. Su orgullo es del tamaño de un Dragón Rojo y digno de tal especie pero, por increíble que parezca, sabe encajar perfectamente una derrota...o eso aparenta, pues en realidad, cada vez que pierde, comienza a planear una venganza contra su rival que, generalmente, consiste en dejarle en ridículo con algún tipo de broma pesada. Le encanta tomar las riendas en cualquier asunto, ya sea en una de sus fogosas y efímeras relaciones o en una expedición. Hablando de dragones, Aris también desprecia, al igual que ellos, a cualquiera que no tenga fuerza de voluntad y seguridad en sí mismo, aunque suele ser un desprecio...constructivo, según ella. Posee una gran agudeza e inteligencia, convirtiendo las más peligrosas misiones en algo divertido debido a que suele adivinar las acciones del rival y, aprovechando esa ventaja, le despista; aunque nunca rechaza una aventura cuyo desenlace le esté vedado.
Historia (mínimo 7 líneas):
Fruto de un repugnante arrebato lascivo de un varón humano a una pobre e incauta mujer elfa, Aris no fue aceptada por la familia materna ni, mucho menos, por la paterna (al fin y al cabo, éstos qué iban a saber de la pobre criatura) y, por lo tanto, la abandonaron a su suerte en cuanto dejó de depender de la leche de su madre con el fin de que otra persona la cuidase. Dada su innata capacidad para llamar la atención, vivió al cuidado de unas gentes que se hacían pasar por feriantes pero que realmente eran ladrones y que hicieron de ella su principal atracción, con el pensamiento de desatenderla en cuanto dejase de proporcionarles las únicas monedas que ganaban...legalmente, más o menos. Lo que no tuvieron en cuenta fue que se encariñasen con la simpática pequeña, cosa que hicieron en poco más de una semana.
El único matrimonio que se encontraba en el grupo se adjudicó a la pequeña, cuidándola como a una auténtica hija, eligiendo su nombre y dotándola de apellidos. Aris fue criada con demasiada atención y muchos mimos y, no obstante, nunca llegó a ser una joven caprichosa. Viajó por las ciudades de Ansalon sin echar raíces en ninguna parte y dejando atrás un buen puñado de amigos, pues en todas las urbes o pueblos acababa haciendo compañeros de aventuras, que no fueron precisamente pocas, a pesar de que ella y su familia no estaban mucho tiempo en un mismo sitio. El número de admiradores que dejaba a su paso superó ampliamente al de amigos al cumplir quince años, ya que poseía una belleza graciosa y salvaje. Aris, al descubrirlo, sacó partido de ello, manteniendo abundantes relaciones, totalmente infantiles a esa edad y contrariando a sus sobre protectores padres, que nada pudieron hacer para detener el ardiente y apasionado espíritu de su avispada hija.
La atracción de Aris por las armas y su manejo despertó cuando participó en uno de los trucos más famosos de su padre, que consistía en atravesar a su mujer con una espada y que ésta siguiese viva tras el ataque (toda una patraña, claro está). Estando su madre enferma, le tocó a la joven medio elfa suplantarla, espantada al principio y maravillada después. Aris le suplicó a su padre que le enseñase no el truco, sino el manejo de la espada, pues él tenía un gran dominio sobre el combate con armas. Aceptando a regañadientes, el hombre empezó a adiestrar a su hija con dagas, las cuales enseguida supo manejar perfectamente de forma mortal. Tras la grata demostración que Aris hizo a su padre, éste accedió a sumergirla en el mundo de las espadas, tanto cortas como largas, de dos hojas o de una sola, de una y dos manos. Dado que la semielfa destacó más en el manejo de espadas largas y a una mano que en las demás, el padre de Aris se concentró en el estilo de lucha con ese tipo de acero, descartando el resto por la poca pericia que Aris demostraba en ellos. El estilo de la medio elfa se basó, y se sigue basando, en ágiles y potentes estocadas, grandes saltos, sorprendentes giros y precisas fintas, prefiriendo atacar desde las alturas que en tierra.
Acabado su entrenamiento y cumplidos ya sus dieciséis años, decidió despedirse de su apreciada familia y viajar por Ansalon ella sola o con algunos amigos, abriendo las puertas a nuevos amoríos y a emocionantes expediciones y ganándose el pan por su cuenta, aceptando trabajos o...robando, como sólo ella sabía hacer. Por precaución, decidió ocultar sus apellidos y suplantarlos por el apodo Hoja de Plata, tal y como sus familiares le habían recomendado. Se paseó por todo el continente, dejando su inconfundible señal en todos y cada uno de los rincones que había visitado, trabajando de cualquier cosa, hurtando sutilmente y disfrutando de la vida como ningún otro ser de Krynn.
Otros datos:
-Es capaz de hacer cualquier cosa que siga a la frase ''a que no te atreves a...'', pues enseguida se pica.
-Siente una gran manía hacia los ojos verdes sin saber por qué, aunque a menudo piensa que fue por algún chico…
-Le gustan las fiestas y sentarse cerca del fuego a charlar o escuchar historias.
-Adora las aventuras.
Armas:
-Una espada con una hoja bastante larga, de una sola mano.
-Una daga de tres hojas, de las cuales dos se mantienen ocultas hasta que el dueño o la dueña del arma así lo decida.
Alineación:
Neutral.
Imagen:
Edad: Alrededor de unos 20 años, más o menos
Raza: Semielfa
Orientación sexual: Heterosexual
Descripción física (mínimo 4 líneas):
Es una semielfa de aspecto sano, fuerte y atractivo. Su piel es broncínea, suave y tersa, donde destacan dos grandes ojos azules y profundos como el mar. Suele tener los carnosos labios estirados en una ligera sonrisa orgullosa. Lleva los oscuros y ondulados cabellos apartados de la cara y sueltos, cubriéndole la espalda. Tiene las extremidades fuertes y, a la par, de apariencia delicada.
Suele llevar camisas grandes y gastadas, favorables para las largas expediciones que suele hacer y lo bastante toscas como para no preocuparse por su rotura, acompañadas por unos pantalones ligeros de colores terrosos ceñidos a la cintura por un ancho cinturón y remetidas en unas botas bajas, resistentes y cómodas. Sobre sus hombros cae una capa liviana con capucha que la protege de las inclemencias climáticas.
Descripción psicológica (mínimo 4 líneas):
Tiene un carácter fuerte y decidido y un gran sentido del humor. Es de risa fácil y, en cuanto tiene ocasión, desencaja su boca para soltar algún tipo de chanza y, aunque no lo parezca, es una joven bastante madura y, si hay que ponerse seria, no duda en hacerlo. Es amable y simpática y suele caer bien a cualquier persona con quien se cruce, tanto por su encantadora sonrisa como por sus graciosos comentarios. Puede adaptarse a cualquier cambio, por muy brusco que éste sea. Su orgullo es del tamaño de un Dragón Rojo y digno de tal especie pero, por increíble que parezca, sabe encajar perfectamente una derrota...o eso aparenta, pues en realidad, cada vez que pierde, comienza a planear una venganza contra su rival que, generalmente, consiste en dejarle en ridículo con algún tipo de broma pesada. Le encanta tomar las riendas en cualquier asunto, ya sea en una de sus fogosas y efímeras relaciones o en una expedición. Hablando de dragones, Aris también desprecia, al igual que ellos, a cualquiera que no tenga fuerza de voluntad y seguridad en sí mismo, aunque suele ser un desprecio...constructivo, según ella. Posee una gran agudeza e inteligencia, convirtiendo las más peligrosas misiones en algo divertido debido a que suele adivinar las acciones del rival y, aprovechando esa ventaja, le despista; aunque nunca rechaza una aventura cuyo desenlace le esté vedado.
Historia (mínimo 7 líneas):
Fruto de un repugnante arrebato lascivo de un varón humano a una pobre e incauta mujer elfa, Aris no fue aceptada por la familia materna ni, mucho menos, por la paterna (al fin y al cabo, éstos qué iban a saber de la pobre criatura) y, por lo tanto, la abandonaron a su suerte en cuanto dejó de depender de la leche de su madre con el fin de que otra persona la cuidase. Dada su innata capacidad para llamar la atención, vivió al cuidado de unas gentes que se hacían pasar por feriantes pero que realmente eran ladrones y que hicieron de ella su principal atracción, con el pensamiento de desatenderla en cuanto dejase de proporcionarles las únicas monedas que ganaban...legalmente, más o menos. Lo que no tuvieron en cuenta fue que se encariñasen con la simpática pequeña, cosa que hicieron en poco más de una semana.
El único matrimonio que se encontraba en el grupo se adjudicó a la pequeña, cuidándola como a una auténtica hija, eligiendo su nombre y dotándola de apellidos. Aris fue criada con demasiada atención y muchos mimos y, no obstante, nunca llegó a ser una joven caprichosa. Viajó por las ciudades de Ansalon sin echar raíces en ninguna parte y dejando atrás un buen puñado de amigos, pues en todas las urbes o pueblos acababa haciendo compañeros de aventuras, que no fueron precisamente pocas, a pesar de que ella y su familia no estaban mucho tiempo en un mismo sitio. El número de admiradores que dejaba a su paso superó ampliamente al de amigos al cumplir quince años, ya que poseía una belleza graciosa y salvaje. Aris, al descubrirlo, sacó partido de ello, manteniendo abundantes relaciones, totalmente infantiles a esa edad y contrariando a sus sobre protectores padres, que nada pudieron hacer para detener el ardiente y apasionado espíritu de su avispada hija.
La atracción de Aris por las armas y su manejo despertó cuando participó en uno de los trucos más famosos de su padre, que consistía en atravesar a su mujer con una espada y que ésta siguiese viva tras el ataque (toda una patraña, claro está). Estando su madre enferma, le tocó a la joven medio elfa suplantarla, espantada al principio y maravillada después. Aris le suplicó a su padre que le enseñase no el truco, sino el manejo de la espada, pues él tenía un gran dominio sobre el combate con armas. Aceptando a regañadientes, el hombre empezó a adiestrar a su hija con dagas, las cuales enseguida supo manejar perfectamente de forma mortal. Tras la grata demostración que Aris hizo a su padre, éste accedió a sumergirla en el mundo de las espadas, tanto cortas como largas, de dos hojas o de una sola, de una y dos manos. Dado que la semielfa destacó más en el manejo de espadas largas y a una mano que en las demás, el padre de Aris se concentró en el estilo de lucha con ese tipo de acero, descartando el resto por la poca pericia que Aris demostraba en ellos. El estilo de la medio elfa se basó, y se sigue basando, en ágiles y potentes estocadas, grandes saltos, sorprendentes giros y precisas fintas, prefiriendo atacar desde las alturas que en tierra.
Acabado su entrenamiento y cumplidos ya sus dieciséis años, decidió despedirse de su apreciada familia y viajar por Ansalon ella sola o con algunos amigos, abriendo las puertas a nuevos amoríos y a emocionantes expediciones y ganándose el pan por su cuenta, aceptando trabajos o...robando, como sólo ella sabía hacer. Por precaución, decidió ocultar sus apellidos y suplantarlos por el apodo Hoja de Plata, tal y como sus familiares le habían recomendado. Se paseó por todo el continente, dejando su inconfundible señal en todos y cada uno de los rincones que había visitado, trabajando de cualquier cosa, hurtando sutilmente y disfrutando de la vida como ningún otro ser de Krynn.
Otros datos:
-Es capaz de hacer cualquier cosa que siga a la frase ''a que no te atreves a...'', pues enseguida se pica.
-Siente una gran manía hacia los ojos verdes sin saber por qué, aunque a menudo piensa que fue por algún chico…
-Le gustan las fiestas y sentarse cerca del fuego a charlar o escuchar historias.
-Adora las aventuras.
Armas:
-Una espada con una hoja bastante larga, de una sola mano.
-Una daga de tres hojas, de las cuales dos se mantienen ocultas hasta que el dueño o la dueña del arma así lo decida.
Alineación:
Neutral.
Imagen:
Aris- Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 13/01/2011
Re: Ficha de Aris
Bienvenida al foro, Aris ^^
Ficha aceptada, ahora de te doy color.
Ficha aceptada, ahora de te doy color.
Lunitari- Admin
- Mensajes : 129
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